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27 «Yo te he puesto entre mi pueblo
para que vigiles su conducta.
28 Todos ellos son muy rebeldes,
son tercos y mentirosos.
Aparentan ser honestos,
pero en realidad son unos corruptos.
29 El metal se purifica en el fuego,
pero a los malvados no los purifica nada.
¡Son un caso perdido!

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